
Con el corazón desgarrado entre mis manos,
apretándolo hasta sentir sus pequeños latidos,
estrujándolo para que salgan todos los coágulos
que le hacen imposible latir más rápido.
Le acortan la vida con su peso y su lastre,
los sentimientos apegados del pasado,
gotean entre mis manos uno a uno,
deslizándose por mis dedos y chocando
contra el frío suelo para morir sin lamentos,
mirada que se fija en ellos con una sonrisa,
diciéndoles que es el final de su camino.
Fue interesante su corta estancia,
ya no es necesaria y cual maleta perdida
en un vagón de tren, allí los dejo sin más,
sin explicación, sin pena, sin culpabilidad.
Ahora les toca vivir sus miserias,
sabiendo que mi peso ya no es el mismo
y que por más que quieran,
no volverán a tener su alojamiento allí.
Mi corazón está curado de lanzas y lamentos,
cargado con una mochila vacía y
en la cual ira recogiendo sin prisa
nuevas semillas para su rojo huerto.
apretándolo hasta sentir sus pequeños latidos,
estrujándolo para que salgan todos los coágulos
que le hacen imposible latir más rápido.
Le acortan la vida con su peso y su lastre,
los sentimientos apegados del pasado,
gotean entre mis manos uno a uno,
deslizándose por mis dedos y chocando
contra el frío suelo para morir sin lamentos,
mirada que se fija en ellos con una sonrisa,
diciéndoles que es el final de su camino.
Fue interesante su corta estancia,
ya no es necesaria y cual maleta perdida
en un vagón de tren, allí los dejo sin más,
sin explicación, sin pena, sin culpabilidad.
Ahora les toca vivir sus miserias,
sabiendo que mi peso ya no es el mismo
y que por más que quieran,
no volverán a tener su alojamiento allí.
Mi corazón está curado de lanzas y lamentos,
cargado con una mochila vacía y
en la cual ira recogiendo sin prisa
nuevas semillas para su rojo huerto.